viernes, 11 de octubre de 2013

NUEVO IMPUESTO A LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA, TRANSPORTE, COMERCIO Y HOSTELERÍA

Juan María Vázquez, Senador por Badajoz
 


El miércoles 9 de Octubre, el Senado aprobó, con los votos del Partido del Partido, una nueva Ley de Fiscalidad Ambiental que tendrá una preocupante repercusión sobre importantes sectores económico y sobre los bolsillos de los consumidores que, como siempre, verán repercutido en el precio final el coste de esta nueva fiscalidad.
 
Copio las notas elaboradas al respecto por el compañero senador Juan María Vázquez, portavoz socialista en la Comisión de Hacienda, sobre los sectores afectados y las principales repercusiones económicas de la nueva ley que entrará en vigor el próximo 1 de enero de 2014.
 

EL TASAZO AL FRÍO  

Una de las novedades de la ley de Fiscalidad Medioambiental es la creación, a partir del 1 de enero de 2014, de un nuevo impuesto sobre gases fluorados de efecto invernadero, que gravará el consumo de este tipo de productos.
Estos gases son los utilizados mayoritariamente por los sistemas de frío del transporte, la logística, el almacenamiento, la climatización y la puesta a disposición de los consumidores de los productos refrigerados, congelados y ultracongelados en las tiendas.
Aunque su aplicación al 100% será en 2016, los coeficientes reductores del impuesto para 2014 y 2015 ( 33% y 66%), introducidos en el CDiputados, no restan gravedad al impacto de este impuesto desde el mismo 1 de enero de 2014.

Los perjudicados por el tasazo:  

  • Directamente las empresas mayoristas e instaladoras revendedores de estos gases.
  • La industria agroalimentaria: las conserveras, las del manipulado y exportación hortofrutícola, la vitivinícola, las cárnicas y la láctea, entre otras.
  • El comercio de alimentación: las carnicerías, pescaderías, fruterías, pastelerías, supermercados, hipermercados y grandes superficies, todos aquellos establecimientos que dispongan de cámaras frigoríficas y neveras donde se exponen productos refrigerados, a través de la factura que abonen a los instaladores o suministradores de frío industrial.
  • La hostelería: bares, cafeterías, restaurantes y todo local de hostelería con equipos de refrigeración.
  • Y como no, el consumidor final que verá repercutido el coste de todas y cada una de tales cadenas de producción y consumo.
 

Cálculos y consecuencias concretas de los efectos del tasazo:

Mayoristas e instaladores de estos gases

-Un instalador que compre 25 toneladas al año pasaría de unos 150,000 € de coste de mercancías a un extra de 1,532,000€ más.
-Un instalador que compre 10 toneladas al año, pasaría de unos 60,000 de coste de mercancías a un extra de 510,000€ más.

Ya que el tamaño de mayoristas y especialmente de instaladores es pequeño, el impacto financiero supondrá necesidades especiales de financiación que, en estos momentos en España, son absolutamente inviables (no hay créditos a pymes), por lo que el estrés financiero provocará cierres de empresas y pérdidas de empleos

Habrá un impacto similar en otros instaladores que recarguen muebles enchufables, aires acondicionados, instalaciones de hospitales, edificios públicos, colegios, aviones, autobuses, trenes, administración…Todas esas instalaciones se verán seriamente afectadas.
No olvidemos, además, el hecho de que este impuesto no existe en la inmensa mayoría de países europeos, y, especialmente en nuestros países vecinos, con lo que ello va a suponer de desplazamiento competitivo de nuestras empresas en favor de las radicadas en estos países.

Sector de la distribución alimentaria:

Se considera que el impuesto multiplicará casi por 10 el coste de estos gastos. A modo orientativo, tirando a lo bajo, y teniendo en cuenta que los equipos industriales se recargan anualmente, algunos incrementos anuales de costes podrían ser los siguientes: unos 1.000 euros a las tiendas de pequeñas dimensiones, entre 5.000 y 9.000 euros a los supermercados medios y hasta 9.000 euros a los grandes hipermercados.
 
Con lo que ello va a suponer para las pequeñas y medianas empresas que en un momento especialmente duro van a ver reducidos, aún más, unos márgenes ya estrangulados entre los costes de producción y la caída del consumo.

Usuario final

Al comprar o recargar el aire acondicionado de una vivienda le costará de media 65 euros más, al verse repercutido indirectamente por el impuesto. A pesar de que la compra de aparatos domésticos de aire acondicionado quedan al margen de este impuesto, siendo los fabricantes o mayoristas de estos aparatos quienes pagarán este nuevo impuesto, lo terminarán repercutiendo en el precio final. Un equipo doméstico suele recargarse cada dos o tres años.