miércoles, 21 de diciembre de 2011

RAJOY YA ES PRESIDENTE DE ESPAÑA. La herencia que condicionará su mandato.



Ayer, el Congreso de los Diputados eligió nuevo Presidente del Gobierno de España a Mariano Rajoy. Era su tercer intento por conseguirlo como candidato del Partido Popular.

Aunque en el discurso de investidura tuvo un debate de guante blanco, quedó claro que durante su mandato Rajoy va a estar muy condicionado por la herencia recibida. Pero no tanto por la herencia recibida del gobierno que le ha precedido -algunas de cuyas acciones votadas en contra por el PP fueron revalidadas ayer por el propio Rajoy-, sino por la herencia del comportamiento del PP en la oposición, cuando España ha vivido momentos de dificultad extrema, por la herencia de una campaña electoral vacía de propuestas y saturada de demagogía y por la herencia de su propio Discurso de Investidura, planteado como mero trámite necesario para ocupar el Palacio de la Moncloa.

Efectivamente, Rajoy va a ser rehén durante muchos meses de su estrategia irresponsable durante los años de oposición en medio de una crisis economica salvaje. Las decisiones que ahora tome para luchar contra la crisis le afectarán directamente a su autoridad, porque serán decisiones diferentes a las que ha votado en las Cortes Generales durante los últimos meses en materia de impuestos como el iva, el salario de los empleados públicos o la coordinación de nuestras medidas anticrisis con el resto de paises de la zona euro. Durante las semanas venideras -una vez pasadas las elecciones andaluzas o quizás antes- Rajoy va a firmar decretos opuestos a lo que él mismo votó hace pocos meses en el Congreso.

Rajoy va a ser rehén de su propia estrategia electoral. Lo fió todo a vincular la crisis con Zapatero, instalando en la conciencia de los españoles una falsa ilusión: sustituido Zapatero por Rajoy como presidente del gobierno, España se libraría de la crisis ipso facto. Esta ha sido la primera gran fustración, la presidencia de Rajoy coincide con el anuncio de un nuevo período de recesión en la economía española y con unas nefastas previsiones para el empleo en 2012. ¿Cómo pagará, en términos de responsabilidad política, tanta fustración colectiva como consecuencia de las falsas ilusiones generadas durante su campaña electoral?.

Y finalmente, Rajoy será rehén también de su propia mayoría absoluta. Ayer despreció el debate parlamentario para aunar apoyos en defensa de las medidas anticrisis que no quiso ni presentar ni mucho menos debatir. Es previsible que a partir del primer Consejo de Ministros, Rajoy apruebe estas medidas por Decreto-Ley que será convalidado por su propia mayoría absoluta, sin el concurso de los principales grupos de la oposición parlamentaria. En la contundencia de esa mayoría absoluta, Rajoy tendrá la principal debilidad, porque, en los momentos de dificultad, es preciso el mayor de los acuerdos, para sumar todas las fuerzas.

No será pues la herencia del gobierno socialista la que condicionará la presidencia de Rajoy, sino sus propias decisiones irresponsables adoptadas en su etapa de oposición y la demagogia desmedida en la que soportó la Campaña Electoral que le ha llevado a la Presidencia del Gobierno.